Tesis: De pachecxs hay de todos sabores y colores; pero hay de pachecxs a pachecxs.
Ensayemos la idea. Imagina que llegas a tu casa con nuevo galán, Victoriano, y tu familia queda encantada. “Mucho mejor que tu ex, la pacheca”, te dicen.
Tú sigues un poco adoloridx porque la ex acaba de ganar otro Grammy, pero te entusiasmas al ver cómo la familia acoge al novio; la ansiedad te estaba ganando terreno previo a la presentación. Ahora, hablemos del problema que tenían con la pacheca:
- Artista, en lugar de contadora pública, abogada o “la opción más femenina”, psicóloga
- No quiere tener hijos
- Pacheca
En cambio, el nuevo galán llegó a casa de tus padres acicalado (cosa que le encantó a tu madre), pidió un tequila (cosa que le encantó a tu padre) y político (cosa que le encantó a tu tío que busca trabajo). Pero mientras que los más adultos gozan de la sobremesa, le dices a tu hermana a escondidas: “Hay dos pequeños problemitas, el primero es que a Victoriano le dicen la Cucaracha”. “Qué feo apodo”, responde tu hermana haciendo caras. “Y el segundo, pues que también es marihuano.”
Pobres cucarachas de ser asociadas con este noviecito, pues se trata nada más y nada menos que del mismísimo General Victoriano Huerta, sanguinario como pocos, alcohólico como muchos (por eso se tambaleaba) y traidor a la Patria, a la Revolución y a todo lo que representa ser pacheco chill, porque se dice que le gustaba la marihuana (de ahí el estribillo de la canción).
La cucaracha, la cucaracha,
ya no puede caminar,
porque no tiene, porque le falta
marihuana que fumar
Esta canción la trajeron los españoles de acuerdo al escritor Joaquín Fernández de Lizardi, autor de la primera novela mexicana en nuestra Historia, El Periquillo Sarniento. Pero fue en otra novela suya, en La Quijotita y su prima, en la que escribe: "Un capitán de marina que vino en una fragata entre varios sonecitos trajo el de 'La cucaracha.'”
En España la cantaban para burlarse de los moros, pero en México la utilizaron distintos bandos en la Revolución para burlarse de sus enemigos; los Dorados de Pancho Villa, principalmente, con unas modificaciones, para burlarse del enemigo Victoriano Huerta.
Ahora, sobra decir que esta situación está hecha a nuestra medida, pues de forma maniquea, escogimos a dos figuras opuestas que nos convienen. Pero, ¿a poco a tus padres no les encantaría que salgas con el presidente de la república? Y en eso les llegas con Vicente Fox, otro pachecx.
Los estereotipos se forman a partir de situaciones convenientes para quien los designa, entonces combatiremos el fuego con fuego. ¿Acaso esta situación hecha a la medida no nos hace sospechar del estereotipo del pacheco? Yo conozco pachecos con doctorados y pachecos patanes.
Y todos conocemos a la ex pacheca que tiene 18 grammies para recordarte lo payasx que quedaste.
